jueves, 19 de noviembre de 2015

Bienvenida a mi vida

Lo miré fijamente porque llevaba más de cinco minutos callado, parecía que en su mente no dejaba de romperse poco a poco, yo muy en el fondo sabía y sentía que el no podía más, que su sonrisa ya no era la de antes. Aparté unos segundos la mirada intentando no llorar por todo lo malo que tenía yo encima, sin importar como me sentía yo me preparé mentalmente para ayudarlo.

-¿Qué te pasa?- le pregunté sin mirarlo.

-No me pasa nada.

-No soy tan tonta como para no darme cuenta de que no estás bien -le dije.
Lo miré de reojo y vi como le brillaban los ojos. 'Otra vez no', pensé. 

-No puedo más.

-¿Qué es lo que te pasa ahora?

-Siento que no puedo más, que tengo muchos problemas en casa, millones de pruebas, me peliè con mi mejor amiga... ¿sabes? La cosa se termino y siento que todo se me viene encima -lo escuché y le puse una de mis manos en sus hombros- Siento que cambie, que ya no soy lo que era antes y que tengo miedos que antes no tenía -sentía que me brillaban los ojos- Soy una persona muy insegura cuando antes sabía muy bien lo que quería, quién era y lo mucho que valía.

-Date tiempo -le dije- Todo al fin y al cabo se arregla -lo miré fijamente- El problema es la actitud que tenes delante del problema; si crees que no podes, no podrás. Es cuestión de tiempo que todo tarde o temprano se arregle, ya vas a ver -le sonreí- Lo único que no puede arreglarse es la muerte y para eso falta mucho.

Se secó las lágrimas y nos quedamos en silencio.

-¿Y vos? -dijo.

-¿Yo qué?

-Si estás bien -me miró con una pequeña sonrisa.

-Sí, como siempre - mire para otro lado para que no viera lo brillante que estaba y lo poco que me quedaba para llorar.

Y eso es lo que realmente pasa, lo mismo de siempre. Les decís que tarde o temprano todo les va a ir bien y aún viéndote apunto de llorar se creen en ese verdadero "estoy bien". Y no sé qué será de mí, no sé si llegará el día en el que cambien los papeles y...

-No -la miro fijamente sintiendo como solo salen las primeras lágrimas sabiendo que aún quedan muchas- Pero supongo que eso siempre da igual, ¿no? -intenté no quebrarme pero ya era demasiado tarde- Siempre es lo mismo, digo que todo está bien cuando se nota de lejos que nada va bien pero parece que nunca importa, están tan metidos en sus problemas que nunca en la vida te das cuenta si en mis silencios hay algo más que una simple pausa para pensar en lo mío -me sequé las lágrimas que seguían cayendo- Nada va bien en mi vida y siento que no importa, a ver, sé que no tenes que arreglar mis problemas pero por esa regla tampoco tendría porque ayudaros con los de ustedes y aún así lo hago porque los quiero -lo miré- Llevo meses con toda esta mierda y sintiendo que no puedo más; perdí a gente sin que se den cuenta, aguante mierdas que no tengo por qué aguantar a mi edad, soporte que me rompieran el corazón y pasado por situaciones que no le deseo a nadie, ni a mi peor enemigo y vos como si nada llorándome cada día diciendo que no puedes más -la vi totalmente seria- Y ¿sabes qué? Me río por no llorar, decime por favor cuanto tiempo llevas sintiéndote insegura y con miedo, decime, ¿un par de meses? Y ahora si te da la gana pregúntame a mí cuanto tiempo llevo y te vas a sorprender cuando te diga que llevo tantos años que ya perdí la cuenta de las veces que llore por odiarme y no saber quererme- aparté la mirada, no sabía ni a donde mirar- Así que si realmente te crees que estoy como siempre y que eso significa que estoy bien, adelante pero no esperes que me preocupe más por tus silencios, por tus malas caras y por tus ojos brillantes apunto de llorar si nunca en la vida fuiste capaz de ver cuando yo estoy mal sabiendo que yo a la mínima me doy cuenta y siempre estuve ahí para vos- sentía que no podía más- No esperes que me quede cuando ni vos ni nadie se queda ahí para mí, ojalá llegaras a saber la cantidad de veces que te abrace habiendo necesitado yo mucho más ese abrazo, no quieras saberlo porque entonces vas a saber lo que es sentirse mal- cerré un segundo los ojos- Y tampoco quiero eso de la misma forma que no te deseo en la vida, nunca- la miré- Que te sientas tan perdida y sola como yo me siento todos los días de mi vida así que si te sentís así en estos momentos, solo puedo decirte una cosa -vi como se le caía una lágrima- Bienvenida a mi vida.
Pero eso no es lo que verdaderamente decís, ¿para qué? Te mirarían, se quedarían sin hablar y simplemente te van a decir, sonríe y, no, no estoy para eso. Supongo que a la larga me sale más a cuenta decir que estoy bien y esperar a que aparezca alguien que verdaderamente me pregunte: ¿qué tal?, como estoy porque realmente le importa y no para quedar bien como siento que mucha gente de mi vida hace. No me sale a cuenta, así que si queres saber si estoy bien, mi respuesta es sí, como siempre.


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