viernes, 6 de noviembre de 2015

A veces

Las historias suceden diferentes en cada uno. La vida pasa de formas de diferentes por cada cual. Todos tenemos un mismo fin. Todos nacemos de la unión de dos células. Nacemos en diferentes circunstancias, otros no llegan a nacer. Cuando salimos del vientre de nuestra madre lloramos, ¿será qué es un aviso de que la vida es bastante dura? Llegamos a un grupo de personas, no necesariamente familia, no necesariamente grupo. Después conocemos gente que se pueden quedar como nuestros amigos, si les abrimos la puerta, si ellos nos abren la puerta. Los amigos son la familia que elegimos, son las personas que nos acompañan cuando la familia no está, o podemos estar con los dos. Los amigos son tan necesarios como el aire. ¿Con quién saldríamos los viernes en la noche? ¿Quién nos daría un consejo cuando sea necesario? Los amigos se van, a veces. Y llegan otros amigos. A veces los que nos vamos somos nosotros. A veces no llegan más amigos. De esos amigos podemos conocer a alguien con el que nos vamos bien y queremos estar todo el tiempo. A eso le llaman novio, o novia, o la persona con la que estoy saliendo. A veces nos enamoramos tanto y nos hacen tanto daño que ya no queremos enamorarnos más así. A veces los que hacemos daño somos nosotros.
Del amor escuche que cuando se ama de verdad no importa si la otra persona nos está amando. Después de un tiempo me di cuenta que el amor de pareja es un juego en el que hay que saber moverse. Nunca es bueno mostrar todo lo que se siente. No de una sola vez. Te puedes quedar amando sólo. Es como si el otro se asustara. Como si no supiera qué hacer con tanto amor. También me di cuenta que es más importante tener gustos parecidos, tener cosas de que hablar, ser amigos, que el tipo o la nena sea lindo o linda. Lo ideal serían las dos cosas juntas. También es algo social, queremos mostrarle al mundo que andamos con alguien.
Dentro de todas las personas, hay unas a las que les va bien siendo honestas. Hay otras que prefieren ser mala clase y presumidas. Casi siempre nadie elige de entrada cómo ser. Lo que se ve se va copiando y es así cómo desarrollamos lo que somos. Con el tiempo podemos hacernos conscientes de todo esto y si no nos gustan ciertas cosas, las vamos cambiando. Hay gente que cambia bastante. Hay otra que se queda más o menos igual. Los golpes de la vida nos van formando también. Hay gente tímida, hay otra extrovertida. ¿Quién es más feliz?
A veces cuando me estoy bañando o estoy escuchando música, me pregunto si es mejor tener mucho dinero o hacer las cosas que a uno le gustan. A veces el dinero da la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta. A veces no es necesario. 

oriana


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