domingo, 6 de diciembre de 2015

¿Cuándo fue la última vez que te abrazaron y te sentiste más completa que nunca?

Bien, nunca había sentido que en el momento en que miro fijamente a esa persona que me gusta a los ojos y él me está mirando a mí, todo a mi alrededor desapareciera, pero con él... no se como explicarlo, de verdad, es como si el tiempo se parara y no se ni que hora es, pero eso no me importa, porque ahí esta él, no se si es de día o de noche, ya que el sol, la luna y todas las estrellas están dentro de sus ojos. Me siento tranquila, relajada, más feliz que nunca, es como si esa mirada la conociera desde siempre, siento que al fin llegue a donde tengo que estar. Esa mirada, esos ojos, curaron todas mis heridas, quizás heridas del alma, o del corazón, pero estoy segura que lo curaron todo. No sabía si sonreír o llorar, ya que ese momento fue tan hermoso, tan fantástico, me sentí algo frágil ya que esa mirada me quito todas mis fuerzas, me sentí liviana, como si él me levantara y me llevara hasta el cielo, con solo el hecho de que su boca esté rozando la mía.  Son tantos sentimientos juntos que es imposible de describir cual fue el exacto que sentí en ese momento.Pienso que te encontré, después de tanto, ya que creo que era necesario el encuentro tan esperado, ese del que tantos hablaban mis amigas, de lo que los poetas escriben y de lo que yo, a veces, pienso. 
Me afirmo que te encontré porque era ese el momento tan anhelado, ese lugar en el que me interno y no quisiera salir jamás. 

Te encontré como no creí nunca encontrar a nadie, no creí que todo lo que necesitaba podía encontrarlo en vos. Ahora se que te encontré porque todo lo que creía perfecto hasta ahora es lo más mínimo al lado tuyo y de lo que siento por vos. Te encontré y se que podría quedarme mirándote una eternidad sin cansarme, darte la mano y saber que nunca me vas a dejar sola pase lo que pase. Te encontré y me sentí como hacía muchísimo no me sentía.
Te encontré y entonces ahora por fin comprendo que si este encuentro es tan esperado, y si la espera se terminó, y ahora solo queda ser feliz, y ser feliz es tener amor, y en ese amor estás vos, es ahí donde quiero estar, con vos.

Sos la herida que nunca me va a sanar



Pensar que miro hacia atrás y veo todo lo que pase con vos, los momentos mas lindos hasta los mas feos, los momentos de felicidad y los de llanto, eran puras risas, era tan puro todo. Y ahora miro para adelante, veo que esta todo en negro, que ya no estas, que lo que era todo lindo vos te lo llevaste, hasta los momentos mas felices te llevaste todo vos. Es tan raro tratar de seguir mirando para acá porque vos ya no estas, es raro estar sola, es raro que las cosas que hacia con vos ahora las tenga que hacer sola. Y no entiendo porque te fuiste, solo se que estas mejor y que voy a tener que respetar tu decisión aunque por dentro no quiera. Es tan feo que la vida sea injusta, que de un momento al otro te saca a la persona que vos mas querías en el mundo y que se que no va a volver y aunque grite, patalee, llore, pegue ya no la va a devolver, por eso quería decirte que aunque estemos tan lejos aunque quisiera tener a dos pasos, quiero decirte que sos esa herida que nunca me va a sanar, y es una de las cosas mas hermosas y feas a la vez porque me dejas con tus recuerdos que es lo único que se que me va a quedar para toda la vida y mediante sueños voy a poder verte porque se que ahí no me dejaste y no me vas a dejar nunca. No pierdo las esperanzas, se que te voy a volver a ver, a encontrar y vamos a estar como estuvimos cuando yo mire para atrás y veía que eramos felices. Mientras tanto, te deseo lo mejor.


Kilómetros

Y de repente estamos así, nariz con nariz, tan cerca que nada podría separarnos, y a los segundos veo como te vas achicando, alejándote a una velocidad que nada podría pararte, llevándote todo y dejando un vacío. Otra vez nos volvemos números. Otra vez quisiera sentirte a centímetros aunque nos separen kilómetros. Y a los segundos veo algo, algo que hace que quiera que estés a miles de kilómetros, donde no pueda verte y que si me arrepiento no pueda hacer nada. Veo como te vas achicando, alejándote a una velocidad que nada podría pararte, te di todo y me dejaste un vacío. Otra vez nos separan kilómetros aún estando a centímetros. 
Y después estoy al punto de fundirme en una sola persona y a los segundos me despierto y se rompe el hechizo. Veo como te vas achicando, como te alejas de mi sin saber hasta cuando. Ambos queriendo quedarnos, ambos desesperados por tratar de frenar eso. Nos dimos todo, y ahora me quedó un vacío. Otra vez estás en un lugar mejor, kilómetros hacia arriba cuando hace instantes estábamos a centímetros.
Y de repente abro los ojos y estoy acá, sola, sintiéndome tan lejos de todo pero tampoco queriendo que estén cerca, al punto de estar tan asfixiada que quiero respirar por un rato, encontrarme a mi misma. Veo como todo se aleja, como todo se hace chiquito y no queriendo hacer nada para frenarlo. Les dí todo, solo necesito un momento para mi, para llenar mi vacío. Otra vez pongo a todos a kilómetros aun cuando quieren estar a centímetros.
Es increíble como la distancia es tan confusa que no distinguís si es real o no. Cuando los kilómetros son tan abstractos que a veces son solo números y otras son un millar de sentimientos. Es increíble como teniéndote tan lejos te sienta tan cerca y como a veces estando tan cerca te siento mas lejos que nunca. Como de repente la cama se alarga y estás a kilómetros de distancia y como de repente los números se achican por un rato y estas acá, conmigo. 
No quisiera nunca ser víctima de la distancia, te vuelve impotente, te saca lo que más querés y no podes hacer nada. Te obliga a refugiarte en los recuerdos, es lo único que queda, es la cura temporal el pensar que va a volver todo eso que extrañas. Aunque no lo haga, hace bien creerlo, de vez en cuando no está mal vivir de recuerdos. 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Regalo su corazón solo para ser feliz

Érase una vez, un nene que iba regalando pedacitos de su corazón a todas las personas que se encontraba. Iba recortando trocitos, poco a poco, días tras día. Pasaba el tiempo, y él se preocupaba un poco, porque pensaba que al final se iba a quedar sin corazón. Pero conforme pasaban los latidos, un día se dio cuenta de que su corazón en vez de hacerse mas pequeño, crecía cada vez más. Él no lo entendía, porque todos los días recortaba un poco, y lo lógico era que el corazón se hiciese cada vez más pequeño.

Pasó el tiempo, y el nene dejó de ser un niño, se convirtió en un chico, después en un hombre, y por ultimo en un anciano.


Un día su corazón comenzó a ir más despacio. Se estaba muriendo. Le dijo a su mujer: "no llores, he sido tan feliz con el corazón tan grande que no tengo más remedio que morirme sonriendo." Y cerró los ojos. Su corazón dejó de latir.

Había regalado trozos de corazón a gente que no se lo merecía. Pero esto no era un problema. No se arrepentía. Lo único que sentía por esa gente era lástima y no les tenía ningún rencor. Había valido la pena los trozos que había regalado a personas agradecidas. Éstas habían agrandado su corazón el doble, habían hecho de su vida un sueño: un sueño rodeado de acciones transparentes, de conversaciones sinceras, de momentos auténticos, de abrazos sentidos, de besos para siempre. En definitiva, un sueño hecho realidad, una vida de felicidad perfecta, la única que de verdad existe, la que tienen los corazones grandes.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Se alejaron... pensativos, sin creer en nada y creyendo en todo, aquella noche fría, la pasión, y de la mano.

-     No sé qué termino pasando con cada uno de ellos por separado. Sólo sé que ella se puso a hacer la valija en cámara lenta, con el lagrimal desgarrado y con la esperanza viva, por si acaso.

-     Pero si se querían un montón, o eso parecía. Me cuesta creerlo.

-     Sí. Eso es lo que sé, bueno…eso y que él nunca supo lo cerca que estuvo ella de hacerle feliz.

-      ¿Por?


-     Porque sí…porque las personas, en realidad, somos momentos. Y los momentos, a veces se estropean demasiado, hasta el punto de no poder retroceder ni solucionar nada. Una lástima. ¿No crees?

-     Me parece tan triste que no quiero creer que dos personas que se quieren tengan que separarse. Prefiero creer que en realidad dejaron de quererse o que nunca se quisieron. Prefiero incluso creer que el amor no existe, y que por eso pasan estas cosas, porque nos creemos que existe.


-    Vos podes creer lo que quieras. En realidad, no hay ninguna verdad, ni ninguna mentira. Todos tenemos nuestro propio concepto válido, según las circunstancias de cada uno; lo que hayamos vivido o nuestro límite. Nadie sabe la verdad absoluta, porque la verdad absoluta, no existe.

-    ¿Entonces? ¿Cómo se supone que tenemos que actuar? ¿Por qué es todo tan complejo?


-     Jajaja, no te pongas mal. Yo no sé cómo tenemos que actuar. Nadie lo sabe.


-     Seguro que hay alguien. Somos muchos en el mundo. Habrá alguien que sepa lo que hace, y cómo actuar.


-    ¡Puede ser! Es una opinión. Y ahora vamos, que hace frío. No te preocupes, ella ya se había hecho la maleta varias veces. Se lo esperaba.

-    ¿Sí? ¿Y por qué aguantó tanto tiempo?

-     ¡Ay, yo que sé! Ya te dije que todos tenemos un límite. Y deja de hacerme preguntas, nunca sabremos lo que pasó.




oriana


Inexistencia

Hay cosas que se lleva el tiempo. Cosas que ya no vuelven a ser igual. Por mucho que las sueñes o las escribas. Por mucho que las digas o las calles. Las llores, las mastiques, las cosas con aguja e hilo…Y mira que las gritas, las sudas, las temblas, las descoses, las vomitas, las mordes, las relajas, las pisas, las tiras a la basura,  o simplemente, las ignoras. Pero entonces enloqueces. Huyes. Saltas. Ni siquiera te despedís. Y por mucho que las calmes, que las golpees, que las maltrates, que las cuides, que las intentes, que las duermas…llega un momento en que ni existen. Se convierten en nadas. Cuando el vacío se llena de nadas. De nadas que te ahogan, de nadas que te anclan las alas y las ganas… cuando esto pasa, inevitablemente, dejas de existir. 


oriana 

No. Sí

No. Sí. No Hizo bien en alejarse de la suavidad de sus labios. Del lunar de su cadera y de su locura. Sobre todo de su locura. No Hizo bien en alejarse de la línea de sus caderas. Ni De su pecho. De sus andares raros y de su cigarrillo. Ni siquiera sabía fumar. No Hizo bien en irse lejos de esa forma. Cuanta menos más distancia mejor. Cuanta menos más lejanía de sus gestos de cuento de hadas y de sus palabras de azúcar, mejor, mucho mejor. Cuanto menos más alejado de sus abrazos inevitables, esos quedesencarcelaban los sentidos y le daban quitaban libertad, más acertaba.  Cuanto menos más se olvidaba de los besos que dibujaba en sueños y que luego se hacían realidad en un abrir y cerrar de pestañas, más claro tenía  que lo estaba haciendo bien. Sí. Definitivamente estaba siendo una decisión desacertada.


jueves, 26 de noviembre de 2015

Nadie quiere personas rotas en su vida y yo no quiero romper a Nadie

Nadie va a querer entrar.
Nadie va a querer salir. 
Nadie no puede aceptar que no me importa.
Nadie cree que pueda olvidarlo. 
A Nadie le hace bien lastimar porque lo lastimaron. 
Nadie no cree que yo no lo quiero lastimar.
Nadie va a echarme porque Nadie quiere eso.
Nadie está roto y no deja que lo arregle.
Nadie no me escucha.
Nadie no me habla.
Nadie no me mira.
Nadie se aleja. 
Nadie se va. 
Nadie se fue.
Ahora estoy sin Nadie y tengo ganas de llorar.
Nadie se va a negar a entenderme.
Nadie no va a volver.
Yo no voy a ir a buscar a Nadie.
Tengo que aceptar que no hay Nadie.
Estaba muerta por dentro y Nadie lo sabía. 
En realidad, Nadie me hace mal.
La vida sigue después de Nadie. 
No puedo estar pendiente de Nadie
Nadie sabe lo que hace.
Nadie para mi deja de ser Nadie. 
Ya no conozco a Nadie. 
Al fin y al cabo no es tan malo vivir sin Nadie.



sábado, 21 de noviembre de 2015

El error

¿Quién es usted impostor? se escucha en la madrugada. Ella esperaba el amor, cómodamente sentada. Él la vio una sola vez, y le quemó la mirada. Sólo un segundo basto, para quedarle grabada. Los dos sintieron lo mismo, los unía el mismo lazo. Ella no puedo seguirlo, ni siquiera vio sus pasos. Nunca hubiera funcionado, quizás... Como llegaste tan pronto, te vas. Fue fugaz, fue pasajera, su relación fue un error. Como si se conocieran, conocieron el temor. Nunca lo volvió a ver, de ella no se supo nada. Tal vez, lo seguirá esperando, cómodamente sentada. Nunca hubiera funcionado, quizás...Como llegaste tan pronto, te vas

jueves, 19 de noviembre de 2015

Bienvenida a mi vida

Lo miré fijamente porque llevaba más de cinco minutos callado, parecía que en su mente no dejaba de romperse poco a poco, yo muy en el fondo sabía y sentía que el no podía más, que su sonrisa ya no era la de antes. Aparté unos segundos la mirada intentando no llorar por todo lo malo que tenía yo encima, sin importar como me sentía yo me preparé mentalmente para ayudarlo.

-¿Qué te pasa?- le pregunté sin mirarlo.

-No me pasa nada.

-No soy tan tonta como para no darme cuenta de que no estás bien -le dije.
Lo miré de reojo y vi como le brillaban los ojos. 'Otra vez no', pensé. 

-No puedo más.

-¿Qué es lo que te pasa ahora?

-Siento que no puedo más, que tengo muchos problemas en casa, millones de pruebas, me peliè con mi mejor amiga... ¿sabes? La cosa se termino y siento que todo se me viene encima -lo escuché y le puse una de mis manos en sus hombros- Siento que cambie, que ya no soy lo que era antes y que tengo miedos que antes no tenía -sentía que me brillaban los ojos- Soy una persona muy insegura cuando antes sabía muy bien lo que quería, quién era y lo mucho que valía.

-Date tiempo -le dije- Todo al fin y al cabo se arregla -lo miré fijamente- El problema es la actitud que tenes delante del problema; si crees que no podes, no podrás. Es cuestión de tiempo que todo tarde o temprano se arregle, ya vas a ver -le sonreí- Lo único que no puede arreglarse es la muerte y para eso falta mucho.

Se secó las lágrimas y nos quedamos en silencio.

-¿Y vos? -dijo.

-¿Yo qué?

-Si estás bien -me miró con una pequeña sonrisa.

-Sí, como siempre - mire para otro lado para que no viera lo brillante que estaba y lo poco que me quedaba para llorar.

Y eso es lo que realmente pasa, lo mismo de siempre. Les decís que tarde o temprano todo les va a ir bien y aún viéndote apunto de llorar se creen en ese verdadero "estoy bien". Y no sé qué será de mí, no sé si llegará el día en el que cambien los papeles y...

-No -la miro fijamente sintiendo como solo salen las primeras lágrimas sabiendo que aún quedan muchas- Pero supongo que eso siempre da igual, ¿no? -intenté no quebrarme pero ya era demasiado tarde- Siempre es lo mismo, digo que todo está bien cuando se nota de lejos que nada va bien pero parece que nunca importa, están tan metidos en sus problemas que nunca en la vida te das cuenta si en mis silencios hay algo más que una simple pausa para pensar en lo mío -me sequé las lágrimas que seguían cayendo- Nada va bien en mi vida y siento que no importa, a ver, sé que no tenes que arreglar mis problemas pero por esa regla tampoco tendría porque ayudaros con los de ustedes y aún así lo hago porque los quiero -lo miré- Llevo meses con toda esta mierda y sintiendo que no puedo más; perdí a gente sin que se den cuenta, aguante mierdas que no tengo por qué aguantar a mi edad, soporte que me rompieran el corazón y pasado por situaciones que no le deseo a nadie, ni a mi peor enemigo y vos como si nada llorándome cada día diciendo que no puedes más -la vi totalmente seria- Y ¿sabes qué? Me río por no llorar, decime por favor cuanto tiempo llevas sintiéndote insegura y con miedo, decime, ¿un par de meses? Y ahora si te da la gana pregúntame a mí cuanto tiempo llevo y te vas a sorprender cuando te diga que llevo tantos años que ya perdí la cuenta de las veces que llore por odiarme y no saber quererme- aparté la mirada, no sabía ni a donde mirar- Así que si realmente te crees que estoy como siempre y que eso significa que estoy bien, adelante pero no esperes que me preocupe más por tus silencios, por tus malas caras y por tus ojos brillantes apunto de llorar si nunca en la vida fuiste capaz de ver cuando yo estoy mal sabiendo que yo a la mínima me doy cuenta y siempre estuve ahí para vos- sentía que no podía más- No esperes que me quede cuando ni vos ni nadie se queda ahí para mí, ojalá llegaras a saber la cantidad de veces que te abrace habiendo necesitado yo mucho más ese abrazo, no quieras saberlo porque entonces vas a saber lo que es sentirse mal- cerré un segundo los ojos- Y tampoco quiero eso de la misma forma que no te deseo en la vida, nunca- la miré- Que te sientas tan perdida y sola como yo me siento todos los días de mi vida así que si te sentís así en estos momentos, solo puedo decirte una cosa -vi como se le caía una lágrima- Bienvenida a mi vida.
Pero eso no es lo que verdaderamente decís, ¿para qué? Te mirarían, se quedarían sin hablar y simplemente te van a decir, sonríe y, no, no estoy para eso. Supongo que a la larga me sale más a cuenta decir que estoy bien y esperar a que aparezca alguien que verdaderamente me pregunte: ¿qué tal?, como estoy porque realmente le importa y no para quedar bien como siento que mucha gente de mi vida hace. No me sale a cuenta, así que si queres saber si estoy bien, mi respuesta es sí, como siempre.


Cuando se trata de vos nunca me voy

Vuelvo al lugar en el que te escribí la carta de despedida, ¿te acordas? Vuelvo acá como si no me doliera estar en él. No sé exactamente lo que te quiero decir ni por donde empezar, solo sé que de tantas veces que leí esa carta ya me la sé de memoria, sé que en ella te digo adiós, te pido que te quedes pero sobre todo que seas feliz si encuentras a alguien a quién querer. Sé que en ella te dije adiós pero sé que no es definitivo porque cada vez que te escribo es como volver a a vos, como volver a saludarte y volver a quedarme un rato con vos. Y sé sin duda alguna que nunca en la vida podré decirte adiós del todo, sé que si alguien me habla de vos aun sin ser vos del quien hablan, me acordaré de vos, sé que habrá miles de cosas en este mundo que me recordarán que te conocí, que me enamoré como una estúpida, que te quise como nunca más voy a querer a nadie, que me quedé con las ganas de poder abrazarte y besarte, que me quedé con las ganas de saber lo que era tener a mi persona favorita entre mis brazos pero sobre todo nunca voy a saber lo que significa poder escuchar un te quiero tan sincero como el tuyo a apenas dos milímetros de mis labios, me quedé con las ganas de despedirme con un beso y tal vez con un 'hasta pronto', no me gusta decir adiós porque decirlo implica tener que olvidar y aún habiéndotelo dicho mil veces ni siquiera ha habido una de ellas en la que intento ni siquiera un poco olvidarte. No sé por donde se empieza a hacerlo pero sí sé como acaba, acaba siguiendo mi vida sin vos y aún no me siento preparada para ello. Siento que una parte de mi aún se empeña en esperarte porque cree que a la mínima me vas a extrañar tanto que vas a volver a buscarme como otras veces hiciste pero pasan los días, las semanas y ya han llegado a pasar meses y no hay rastro de vos. Miro a mi alrededor y no volviste, no escucho tu voz ni tampoco tu risa en ninguna parte y si la escucho es solo mi imaginación que sigue haciendo eco de tu risa desde la última vez que la escuche y, hace tanto de eso que siento que me hundo. Que no paro de ir hacia bajo cuando me gustaría estar arriba, no paro de hundirme y seguir hundiéndome porque no te encuentro en ninguna parte y sé que aunque fuera a buscarte ya no te acordarías ni siquiera de quién soy ni de lo que un día te hice sentir porque si realmente me hubieses necesitado como prometías, nunca, jamás te habrías ido y lo sabes, no me digas que no porque sabes que es así. Eras de las pocas personas que siempre estaba ahí, que me hacían feliz y a las que le dí el poder de escucharme reír porque eras de las pocas personas que se quedaban a escucharme llorar. Te quedabas para calmar mis miedos, para decirme cuatro boludeces que me hacían reír, me decías que me querías y se me iban todos los males, ¿no te acordas nada de eso? ¿no te acordas las veces que estábamos en el teléfono y éramos felices? ¿no te acordas el miedo que tenía yo de perderte y decías que no tenía ni que pensarlo? ¿cómo que no? Mírame, lo tenía porque sabía que te ibas a ir y que llegaría el día en el que te tendría que decir adiós y llegó, te dije adiós por decir algo porque sabía desde el primer día en el que te perdí que nunca en la vida podría deshacerme de vos ni de tu recuerdo. Sabía que no habría ni un solo día en el que no pensase lo mucho que llegaba y llego a necesitarte. Es que, no sé, sigo acá hecha mierda porque no sé si después de éste adiós va a haber ningún 'hola' más y eso me mata por dentro, el no saber de vos, el no saber si vas a seguir acordándote de mi como yo me acuerdo de vos, si me seguirás escribiendo como te escribo y me mata el no saber si después de decirme adiós hiciste lo que todos hacen, olvidarme. Pero que si alguien me pregunta que es lo que me pasa, siempre pensaré que me pasas vos. Que no puedo olvidarte, no hago más que recordarte, llorarte, pensarte, amarte; hago todo el arte que te pueda pasar por la cabeza menos olvidarte, parece que cuando se trata de vos eso no me va, así que no te creas ninguno de mis adiós porque cuando se trata de vos nunca me voy. 





oriana

martes, 10 de noviembre de 2015

Tropezando con la misma piedra


Si voy por un camino y me tropiezo con una piedra, puede ser falta de atención de mi parte. Sigo por el mismo camino y me vuelvo a tropezar con otra piedra, puedo no estar viendo bien el camino. Sigo caminando y vuelvo a tropezarme con otra piedra… ¿Qué hago insistiendo en caminar por el mismo camino lleno de piedras? Y, bueno, es el único camino que lleva al lugar donde quiero ir… entonces ¿Si te das cuenta que el único camino que te lleva al lugar donde queres ir está lleno de piedras, porque no levantas más los pies?Hay una frase que dice “tropezar con una piedra no está mal, lo malo es encariñarnos con ella”. Las piedras de nuestra historia son los inconvenientes, frustraciones o errores en nuestra vida. ¿En qué momento podemos decir que nos estamos encariñando con la piedra? Cuando nos quedamos en una situación que quisimos resolver pero dejamos de lado las soluciones. Cuando no hacemos nada para cambiar aquello que no nos hace bien o lo que a veces puede ser peor, hacemos siempre lo mismo a cosas que no da resultado.Cuando pasa esto y se cae además la queja constante de “es lo que me tocó”, “es lo que hay”, “ya estoy acostumbrado”, “ya hice todo lo que podía, más no se puede”, la pregunta que pienso es  ¿no será que necesitamos tener siempre esa piedra a mano para justificar nuestra incapacidad para aprender de los errores y esconder el miedo que nos produce el tomar caminos diferentes?
oriana

sábado, 7 de noviembre de 2015

Yo te cielo



Carta de amor: 

¿Se pueden inventar verbos? quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.
Siento que desde nuestro lugar de origen hemos estado juntos, que somos de las misma materia, de las mismas ondas, que llevamos dentro el mismo sentido. Tu ser entero, tu genio y tu humildad son incomparables y enriqueces la vida, dentro de tu mundo extraordinario, lo que yo te ofrezco es solamente una verdad más que tú recibes y que acariciará siempre lo más hondo de ti mismo. Gracias por recibirlo, gracias porque vives, porque ayer me dejaste tocar tu luz más íntima y porque dijiste con tu voz y tus ojos lo que yo esperaba toda mi vida.

oriana

Sálvate para salvar

Nos empeñamos en encontrar el momento perfecto, la persona perfecta, el sitio y el lugar perfecto. Nos empeñamos en seguir buscando esa mirada de entre la multitud, esa hoja que diga que ya es primavera, esa palabra que nos haga dejar de llorar y ese abrazo que nos recuerde que no estamos solos. Buscamos siempre algo que nos haga pensar, algo que nos anime, algo que nos saque del fondo del mar. Y no nos damos cuenta de que somos nosotros los que debemos ser capaces de hacer todo esto, no caemos en la cuenta de que no necesitamos a nadie, y cuando nos damos cuenta, es tarde. Sí que dependemos en cierta manera de otros, pero no tanto como creemos. Siempre esperamos que vengan por nosotros, aun cuando ya nos han olvidado, y sí, está bien tener expectativas sobre la gente pero también sobre nosotros y pensar que si no salimos nosotros de esto ¿Quién nos sacará?. Vamos, vivimos en una sociedad en la que nadie se preocupa de nadie, a no ser que le importe mucho y yo, sinceramente, sé que lo habré hecho alguna vez, quizás a propósito o quizás sin darme cuenta, pero lo hice ¿Y qué? No me importa. Aprendí que lo más importante de nuestra vida es cada uno de nosotros, que puede haber personas que te importen, y mucho, pero si no te queres vos mismo, si no eres capaz de salvarte... ¿A quién vas a salvar? 



oriana

viernes, 6 de noviembre de 2015

Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta

¿De qué sirve quedarse ahí? ¿Esperando qué cosa? ¿Que se nos aparezca un genio de botella? ¿Que pase un milagro inesperado? Cuando alguien se va es mejor no gritar su nombre, ni rogarle que vuelva, aunque el piso se haga resbaladizo, el aire te asfixie, el ruido sea insoportable, el mundo se te caiga encima.
Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta, no te quedes hablando sola, no lo pienses tanto, no lo sientas tanto. A veces el deseo se mete en el corazón, acordate que el tiempo todo lo cura. Cuando alguien se va no lo molestes, deja que siga su camino, que fluya el universo, da la vuelta, media vuelta y suspira. 



A veces

Las historias suceden diferentes en cada uno. La vida pasa de formas de diferentes por cada cual. Todos tenemos un mismo fin. Todos nacemos de la unión de dos células. Nacemos en diferentes circunstancias, otros no llegan a nacer. Cuando salimos del vientre de nuestra madre lloramos, ¿será qué es un aviso de que la vida es bastante dura? Llegamos a un grupo de personas, no necesariamente familia, no necesariamente grupo. Después conocemos gente que se pueden quedar como nuestros amigos, si les abrimos la puerta, si ellos nos abren la puerta. Los amigos son la familia que elegimos, son las personas que nos acompañan cuando la familia no está, o podemos estar con los dos. Los amigos son tan necesarios como el aire. ¿Con quién saldríamos los viernes en la noche? ¿Quién nos daría un consejo cuando sea necesario? Los amigos se van, a veces. Y llegan otros amigos. A veces los que nos vamos somos nosotros. A veces no llegan más amigos. De esos amigos podemos conocer a alguien con el que nos vamos bien y queremos estar todo el tiempo. A eso le llaman novio, o novia, o la persona con la que estoy saliendo. A veces nos enamoramos tanto y nos hacen tanto daño que ya no queremos enamorarnos más así. A veces los que hacemos daño somos nosotros.
Del amor escuche que cuando se ama de verdad no importa si la otra persona nos está amando. Después de un tiempo me di cuenta que el amor de pareja es un juego en el que hay que saber moverse. Nunca es bueno mostrar todo lo que se siente. No de una sola vez. Te puedes quedar amando sólo. Es como si el otro se asustara. Como si no supiera qué hacer con tanto amor. También me di cuenta que es más importante tener gustos parecidos, tener cosas de que hablar, ser amigos, que el tipo o la nena sea lindo o linda. Lo ideal serían las dos cosas juntas. También es algo social, queremos mostrarle al mundo que andamos con alguien.
Dentro de todas las personas, hay unas a las que les va bien siendo honestas. Hay otras que prefieren ser mala clase y presumidas. Casi siempre nadie elige de entrada cómo ser. Lo que se ve se va copiando y es así cómo desarrollamos lo que somos. Con el tiempo podemos hacernos conscientes de todo esto y si no nos gustan ciertas cosas, las vamos cambiando. Hay gente que cambia bastante. Hay otra que se queda más o menos igual. Los golpes de la vida nos van formando también. Hay gente tímida, hay otra extrovertida. ¿Quién es más feliz?
A veces cuando me estoy bañando o estoy escuchando música, me pregunto si es mejor tener mucho dinero o hacer las cosas que a uno le gustan. A veces el dinero da la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta. A veces no es necesario. 

oriana


jueves, 5 de noviembre de 2015

Ojala algún día me dejes de doler

No me gusta hablar de las cosas que me hacen mal. Digo que no me interesa pero por dentro me estoy muriendo lentamente. Hace días que vengo tragándome el enojo, la angustia, la tristeza, el llanto, por que no puedo hacerlo, me niego a estar mal otra vez, pero se que no es así, porque aunque diga que no me interesa en lo mas mínimo, que me chupa un huevo es lo que me va matando. No afrontar las despedidas, no me sale olvidar, no me sale no pensar.
Porque me duele tanto algo que ya esta? que ya se rompió? porque me cuesta aceptar la realidad, soy la única que esta así, ojala pudiera decir que de en verdad todo me chupa un huevo, que este tema me chupa un huevo. Ojala pudiera no escribir esto que estoy escribiendo, no sentir ni lo mas mínimo de lo que siento, es odioso pensar en esto.
No me puedo imaginar que ya no están mas.
La distancia, como siempre, separa más que une. Es inevitable. Intenté convencerme de todo lo contrario pero te fuiste de mí del mismo modo en que te presentas ayer, de improviso, y parece ahora ayer, cuando en esa despedida fui abandonada con un hola que resultó ser un adiós envuelto en una sonrisa forzada que decía que no te volvería a ver.
Ya termine la carta... mira, acabamos solas de tanto buscarnos para siempre.


oriana

BYE, BYE

Las despedidas pueden ser un acto de amor. Y además, resultan hermosas e inolvidables, como los saludos desde la ventanilla de aquellos trenes de película o los besos apasionados, antes de partir hacia un destino incierto. Para bien o para mal en la vida hay adioses. Puesto que nacemos con las horas contadas, siempre andamos pensando en despedidas más o menos tristes, definitivas o temporales, marcadas por la esperanza de un próximo reencuentro o por el alivio de romper unos lazos que ya no existen.Yo soy de las que se despiden a la francesa. Prefiero desaparecer a andar celebrando el fin de lo que sea. Detesto los finales, aunque representen el comienzo de una nueva etapa, aunque sean un alivio o la cima de un recorrido. Los detesto, aunque terminen bien. Todos me huelen a entierro.  Ademas... ¿para qué sirven las despedidas si cuando algo se termina, en realidad ya había terminado hace tiempo? Aunque no quisiéramos darnos cuenta en su momento, nos despedimos tiempo atrás. Por eso el saludo último se convierte en una verdad. A mi siempre me gusto jugar a imaginar cuál fue ese instante, que no siempre percibimos con claridad, en el que sin gestos ni palabras, nos decimos adiós.La experiencia me enseña que los viejos a los que he querido, se despidieron de mi (y de paso de ellos mismos), no por enfermedad, sino porque decidieron que había llegado el momento de hacerlo. Soltaron la soga y volaron cada vez más alto. Como un globo sin dueño. Y sólo tiempo después, murieron.Por amor, quise irme con ellos. Pero... por amor supongo, no me dejaron. Me dijeron bye, bye y acá sigo, despidiéndome.      

oriana

Adolescencia

-Adolescencia viene de dolor, ¿lo sientes? 
No es solo un dolor, son muchos dolores unidos, que forman una bola de depresión.
Adolescencia, todos hablan de ella, los niños la desconocen, los adolescentes la desperdiciamos y los adultos la extrañan.
Pero, ¿quién nos entiende? si ni nosotros nos entendemos.
Buscamos amor, pero después sufrimos.
Nos ilusionamos, pero nos desilusionamos enseguida.
Juzgamos, criticamos pero no superamos.
Seguimos modas, para sentirnos mejor.
A veces todo es blanco, después es negro.
Deseamos tener un físico en vez de un talento.
Queremos todo sin tener que hacer nada.
¿Quién sabe lo que nos pasa por la cabeza? ¿quién entiende lo que es enamorarse de un idiota? ¿quién sufre por amor, por familia, por estudios y aún así tiene una sonrisa dibujada?
¿Quién tiene cambios en el cuerpo, quién se siente inferior, quién se siente marginado, quién sabe lo que es caerse una, y otra, y otra vez? ¿Quién tiene que soportar el mal humor de los profesores, que descargan sus problemas en las clases?¿quién empieza a tener responsabilidades, empezar a crear un futuro, caer en la triste realidad de que no existen los espías sùper secretos de las películas ni las princesas, que tienes que llegar mas lejos sin decepcionar a sus padres?
Decime quiénes somos los que tenemos toda esa presión, la que NINGÚN adulto entiende, esos que dicen que ya pasaron por nuestra edad, pero no entienden que no es como antes. Para ellos solo nos emborrachamos, nos drogamos y somos vagos.
¿Dolor? Todos lo sentimos.
Pero el peor dolor es la decepción, es la desilusión, es caer en la realidad.
Es saber que si te duermes en el sillón, te levantas ahí.
Si no te vestis bien, das asco.
Si llevas capucha, sos ladrón.
Si sigues tu sueño se ríen de vos.
Si andas en skate, te drogas.
Si no tenes celular no existís.
Si piensas distinto, te marginan.

No es fácil ser adolescente, pero es el aprendizaje mas grande que vamos a tener en nuestras vidas.
Son las experiencias que vamos a contarle a nuestros hijos y nietos.
Son las cosas que marcan y quedan para siempre, y solo se viven una vez.
Una caída es una lección, y de eso se trata la adolescencia, de caerse y reírse, porque te puedes levantar y sabes que no será la primera ni la última caída.
ES AHORA O NUNCA.



oriana

Yo

Perdone errores casi imperdonables, intente olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso, ya me decepcione de personas que jamás pensé que me decepcionarían, pero también yo decepcione a alguien.
Ya hice amigos eternos, ya grite y salte de tanta felicidad, hice juramentos eternos, pero falle muchas veces.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos, ya tuve miedo de perder a alguien muy espe
cial, pero sobreviví.
Entendí que las mentiras tienen patas cortas, pedí perdón por cosas que ni yo entendía. Confié en personas que me traicionaron, aprendí que la confianza se gana, aprendí que el mundo no es como te lo muestran, que el camino mas largo siempre es el mejor, aprendí que no todos me quieren.
Creí estar perdida y siempre salí adelante, perdí personas que nunca pensé que perdería. Lloré solo para acompañar en llanto a alguien, escuche y aconseje a personas que en su momento me dieron la espalda.
Me guardé y guardo mil sentimientos, que por miedo, falta de confianza y muchas cosas mas nunca dije y sé que nunca diré.
Toque fondo y me hundí tanto que pensé que no podría levantarme, llore hasta el punto de ahogarme en mis propias lágrimas.
Reí a carcajadas llegando a quedarme sin aire, sufrí como nunca en mi vida, pero eh querido tanto que llegó a dolerme.
Son sensaciones, todas y cada una de ellas, hermosas o horribles, da igual, son parte de nuestra vida, nos guste o no, se sienten y esto es lo que nos hace darnos cuenta de que estamos vivos.


Oriana

jueves, 8 de octubre de 2015

Regresar al pasado?

Porque la vida pasa en un momento y hay momentos que pudieron cambiarnos la vida. 
Porque siempre nos queda algo más que decir detrás de cada despedida. 
Porque todos alguna vez escribimos una carta que nunca llegó a su destino. 
Porque todos necesitamos de alguna forma reconciliarnos con
nuestro pasado...


Oriana

Carta urgente

Hay cosas que escribo en cartas para no decirlas.
Hay cosas que escribo en canciones para repetirlas.
Hay cosas que están en mi alma y quedaran con vos cuando me haya ido...
Hay cosas que escribo en la cama, hay cosas que escribo en el aire, hay cosas que siento tan mías... que no son de nadie.
Hay cosas que escribo con vos, hay cosas que sin vos no valen.
Hay cosas y cosas... que acaban llegando tan tarde..
Hay cosas que se lleva el tiempo, sabe Dios a donde.
Hay cosas que siguen ancladas, cuando el tiempo corre.





oriana